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Crecer sin referentes en la cultura

 

Psicología LGTBI
Crecer sin referentes LGTBIQ+ en la cultura

Para una persona del colectivo LGTBIQ+, hasta hace no mucho, crecer sin referentes en diversidad sexual suficientes en la cultura en la que se desarrolló, no era algo natural ni mucho menos cotidiano. Mientras más leo sobre psicología afirmativa, el enfoque teórico metodológico para acompañar en psicoterapia a personas del colectivo, más reafirmo lo importante de tener referentes que normalicen la diversidad.

 

Poder contar con personas con las que te puedas identificar y relacionar desde la naturalidad en la diversidad es absolutamente necesario.

 

Historia

Cuando crecí, en Venezuela, había además de los culebrones, un par de programas de humor con mucha audiencia. En estos programas aparecían (con una sección propia) algunos personales homosexuales. Eran personajes que cumplían con todos los estereotipos que recuerdo: hombres muy femeninos que causaban gracia, se dedicaban a ser peluqueros o estilistas. No había más opciones de diversidad que esa.

 

Fui niño en los ochentas y noventas; el auge del sida llenaba los titulares de algunos medios informativos (con posibilidades muy restringidas), morías de la enfermedad por ser ma7icxn, por dr0gadi6to o por haber recibido una transfusión de sangre “contaminada”. La palabra contaminada me marcó por las asociaciones negativas que conlleva.

 

El bullying era una cosa normal, los niños se meten con otros niños y es normal. El colegio era a ratos agradable y a otros un infierno en el que el miedo y las ganas de ser invisible se apoderaban de mi. Tampoco hablaba mucho de lo que pasaba, no tenía sentido y me llenaba de vergüenza (algo malo pasaba, no entendía bien el que, pero era algo malo).

 

Es por esto que confirmé lo malo que era cuando en lo que hoy corresponde a la ESO (escuela básica en mi época), alguna que otra persona me llamó por el nombre de estos personajes. No había dudas, ser amanerado, sensible y no gustarme el fútbol me hacía objeto de burla.

 

El problema no estaba en ser todas esas cosas, el problema es que a través de una forma social tan poderosa como el humor, se normalizó que reírse de hombres afeminados, sensibles y a los que no le gustaban los deportes, era lo natural.

 

Entonces, el problema era que no había más posibilidades que enfermar, usar sustancias o vivir con una doble vida. No era posible no ser un objeto de burla siendo unx mismx. No hay forma de no crecer con dificultades relacionales o problemas de autoestima con un historial así.

 

Afortunadamente, la psicoterapia fue un espacio donde pude darme cuenta de este daño, empezar a sanar, a poder ser espontáneo y en definitivas cuentas, a quererme más y mejor, cuidarme más y mejor siendo auténtico.

 

Actualidad

 

Estoy tan orgulloso de ver más modelos que la gente pueda observar, que los niñxs puedan identificar, y soy consciente de lo mucho que hemos avanzado. Aún no es suficiente. Ya no es posible crecer sin referentes en la cultura pero sigue siendo común crecer bajo la mirada estigmatizadora y con la sensación de que hay algo malo en ti.

 

También son necesarios los profesionales que están formados en temas como los que he descrito, y si, a veces tener un lugar seguro en el que hay otro que forma parte de la diversidad ayuda a que no estés tan alerta como en los ambientes en los que creciste.

 

Alejandro Noriega de Jesús

COPC 18145

 

 

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